Cuantas veces pasa que la realidad no
es lo que esperábamos, no se, a veces resulta un tanto decepcionante,
más aún cuando teníamos otros planes para la vida, a lo mejor
participando en algún concurso en que perdimos a pesar de haberle
echado todas las ganas, o echando la memoria hacia atrás cuando
éramos pequeños y pensábamos en lo que nos íbamos a dedicar de
grandes, lo cual no se parece en nada a lo que hacemos hoy; o por que
no, típico, no estamos con la persona amada, quien sabe por qué
ocurrencias del destino y quieres cambiar el presente. Aparece el tan
soñado e imposible “Si hubiera”.
La mente nos hace echar a volar la
imaginación y como seres humanos existe en nuestro raciocinio la
capacidad de tener un pensamiento simbólico y ser conscientes de
muchas cosas que sólo pueden ser posibles gracias al poder de la
evolución en nuestra mente. Somos capaces entonces de construir
mundos posibles e imaginarnos lo que podría haber sido o de lo que
podría ser si algo hubiera hecho cambiar nuestro destino para
colocarnos en otro lugar. A veces se cae en el encanto seductor de
pensar que la vida es otra y no hemos perdido algo, o bien pudimos
haber mejorado la forma de hacer las cosas para tener un mejor
presente. El hubiera otra vez.
Las posibilidades del universo son
infinitas, pero la realidad es a veces muy dura, puesto que nuestro
universo se rige bajo el concepto de “La flecha del tiempo”,
acuñado por el científico Arthur Edington a principios del siglo
pasado; dicho concepto nos habla de la irreversibilidad del tiempo ,
un fenómeno que ha atraído a los físicos, pues a grandes rasgos si
la materia y el espacio son relativos, el tiempo no tendría por qué
no serlo. Pero no hay un mecanismo conocido aún para echar el tiempo
atrás, adelantarlo, hacerlo mas ancho o en general para hacer otra
cosa con él, mas allá que verlo pasar en forma lineal. Pasado,
presente y futuro; no hay más. La flecha del tiempo sólo corre en
una irrefrenable dirección.
Y bueno, ahora que te quieras lamentar
de algo piensa en la flecha del tiempo, y recuerda que hay cosas que
no se pueden cambiar, que lo que ya sucedió lo hizo, y no hay razón
para pensar que las cosas podían ser de otra manera. No obstante en
la ficción, es posible hacer con el tiempo lo que sea, y extrapolar
con la imaginación las posibilidades de viajes temporales,
multiversos o estirar, adelantar o retroceder el tiempo a voluntad.
Mencionemos algunas categorías
clásicas de la ficción acomodadas en tres categorías: viajes en el
tiempo, multiversos o dominio del tiempo.
En la primer categoría, la del viaje
en el tiempo, la habilidad puede venir de muchas formas, ya sea de
una máquina del tiempo, y la que más nos gusta tiene forma de
DeLorean, o una que tiene mas restricciones como en Terminator donde
sólo es posible viajar desnudos y con mucho trabajo. Y la a veces
recurrente, viaje de la conciencia en el tiempo para arreglar algún
asunto pasado. Los viajes temporales vistos de esa forma dan la
posibilidad de cambiar las circunstancias de la vida. Simplemente
cambiar un hecho pequeño en el pasado, trae como consecuencias, a
veces desastrozas, el futuro apocalíptico de Biff, o bien, el
presente de Marty Mcfly donde su padre al golpear a Biff dejó de ser
el perdedor de siempre con una chica linda. Y la vida es un poco
mejor.
El multiverso es una historia más
romántica; en ella se da cabida a multiples posibilidades, y por
cierto, últimamente se ha explotado en trabajos como el Spiderverse,
que dicho se a de paso, no estaba tan bien realizado como la versión
que se contó en la serie animada de la década de los noventa. Ahí
si varios Spidermans se unían para enfrentar al destino. El
multiverso nos ofrece ver la realidad bajo diferentes ojos; mismas
tierras, pero con sutiles cambios. En esa realidad alterna del
Spiderverse, en uno de esos multiples universos Peter Parker muere y
Gwen Stacy se convierte en Spider Woman. Una buena premisa, pero en
relaidad no se desarrolló muy bien que digamos, aunque estaba
interesante. Con una mejor suerte se contó la historia de lo que
hubiera pasado con Bruce Wayne si no hubieran matado a sus padres; y
Batman nunca hubiera existido. La vida sería color de rosa, pero no
tendríamos al hombre muerciélago.
Y el caso del control temporal, todos
desearíamos tener la habitación del tiempo de Dragon Ball para
extender el tiempo que se va como agua. Entrenar, leer, en fin hacer
un monton de cosas en estos días en que el tiempo ya no alcanza para
nada. Un caso más sabroso de manejo del tiempo es el que se da en en
los videojuegos de Prince of Persia donde se puede echar el tiempo
atrás para corregir los errores, en este caso, por caer en una
trampa llena de picos o haber quedado atrapado en fierros retorcidos
gracias a las arenas del tiempo. Ya hubieras querido esas arenas del
tiempo cada vez que tu chica se enoja y tratas de adivinar por qué
esta enojada, así si cajeteteas la respuesta puedes echar el tiempo
atrás e intentar una respuesta otra vez, aunque quizá nunca darías
con la respuesta correcta, y no sabrías como arreglar el asunto.
Y ese es el atractivo de la imaginación
con los viajes temporales. Mas adelante me gustaría abordar casos
concretos de obras que han hecho este manejo temporal, pero hoy, la
única moraleja que se puede aprender en nuestra realidad es sobre la
linealidad, hay que imaginar ese tiempo futuro que aún no ha cruzado
por esa barrera del presente y tratar de luchar para conseguir lo que
nos propongamos, pues no se alcanza, se construye.
El tiempó lineal siempre ha sido un tema de discusión. Yo creo que el tiempo es flexible y relativo. Sino ¿cómo explicaríamos los famosos deja vu o la capacidad de predecir un suceso sin siquiera tener conocimiento del tema?Creo las líneas temporales se unen muy al estilo Steins Gate.
ResponderEliminarRespecto a la ficción en si, creo se puede percibir como una identidad "anhelada o verdadera" del autor y los lectores. Muchos nos identificamos con algunas historias o personajes de ficción ya que por x o y razón, no actuamos como somos o pensamos en realidad. La ficción nos permite manipular en tiempo a diferencia de la realidad, sin embargo creo el tiempo es parte de nosotros.
Muchos viven toda su vida pensando en el tiempo y buscando su propia identidad (he hecho lo mismo aunque también creo que la percepción individual del tiempo junto con el gusto de la ficción puede ser nuestra verdadera identidad.
Si pudieramos trascender esta identidad a un solo momento de una vida, a lo mejor el tiempo pierde su importancia como un obstaculo.