No soy ningún crítico de cine, lo
mío, lo mío, es ser arrasador, acabar con mis rivales en el ring,
conquistar el corazón de las lindas damas y ser el ejemplo a seguir
de los caballeros. Los niños gritan mi nombre. Pero bueno, esta vez
me volvieron a invitar a dar mi tan afamada crítica de cine, mi
valiosa opinión.
Y que me dicen, mi estimado Académico,
por favor, nos encantaría que hicieras la reseña de una película
de tu compatriota, González Iñarritu, el de Amores Perros. No, que
mira, que su película está nominada con doce Óscares y sería bien
interesante, que tú como mexicano nos dieras tu punto de vista desde
tu esquina ruda. Y pues dije, va, orales, pues con tantas buenas
críticas, faltaba mas, no estaría equivocado enseñarles mi punto
de vista.
Y ahí tienen, que me lanzo a ver la
película, el sábado, en la función que había más en la noche. Ya
antes me había cenado unos buenos tacos de carnitas y barbacoa, su
buen consomé nocturno y café de olla, allá en mi mercado de plaza
Garibaldi, con Doña Lucha, que me atiende bien cabrón, un saludo
Doña Lucha, le mando un abrazote, aunque no sepa leer. Pero ahí que
le digan que pedo sus nietos que lean mi columna. Ya les dije.
Bueno ya en el cine me compré mi Coca
zero, ya saben sin azúcar, para evitar la “diabólica” y me dispuse a ver la producción de mi compatriota y de una vez les digo,
no soy culero, no soy malinchista, y no me la hagan de a pedo, pero
pinche película estuvo bien culera. Ahora permítanme argumentar mi
tiradero de mierda.
De entrada la película empieza lenta,
pesada, aburrida, pero bueno, ese es el estilo de Iñarritu, así
como que hasta respirar les cuesta trabajo a los personajes, como si
quisieran cagar, pero por mas que pujan no pueden. En fin, el asunto
se trata de ver a unos comerciantes de pieles en territorio
norteamericano en época en que se estaba colonizando dicho país, lo
que garantizaba agarrarse a madrazos contra los pieles rojas y demás
tribus autóctonas.
Ahí es donde aparece Di Caprio, que en
la película es el guía de la compañía, lo que lo vuelve
indispensable, según es muy chingón, y entre otros pedos, anda
cargando a un hijo que tiene cara de apache que tuvo con una mujer
aborigen y se la hacen de pedo, pero él aguanta vara. Y resulta que
el Di Caprio no es tan chingón pues los lleva a un territorio donde
les dan una emboscada, se mueren la mitad de los hombres que llevaron
y aún así el capitán de la comisión le dice que no hay pedo, que
confían en él. Se van en barco y dice que sólo se puede llegar a
pie.
Y aquí es donde la película se vuelve
una mamada, pues Di Caprio empieza a sufrir accidentes, pero de
manera muy pendeja. Primero si según él conoce muy bien esas
tierras, entonces para qué caminó sólo sin anticipar un ataque de
un oso, que le pone una putiza, pero el acaba “Matando al oso a
puñaladas”, cuando aparentemente ya estaba bien puteado y
mordido.
Después de la putiza que lo deja medio
muerto, la situación es discutir si lo dejan, le dan el tiro de
gracia o se lo llevan. Total que lo dejan, lo cuida su hijo, otro
chavo y el culero que será el malo de la película. Y desde ahí
viene una de esas mamadas de guión bien estúpidas. Si están viendo
que ese culero era el primero que lo quería matar para no cargar con
heridos, para que lo dejan cuidándolo. Ya desde ahí no sabes si
estas viendo una película nominada al Oscar o un predecible episodio
de la Rosa de Guadalupe. Y total, que al aceptar que lo cuidara el
que ya todos sabemos que no lo va a cuidar, es lo que desata el
conflicto. Mata al hijo apache, Di Caprio se encabrona y lo dejan
enterrado vivo.
Para ese entonces ya me quería salir,
pero dije, bueno pues, me dijeron que escribiera sobre esa madre, ni
pedo aguantar como los machos.
Luego, en ese ambiente frío y con esas
heridas e infecciones en la piel, Di Caprio empieza a recuperarse
milagrosamente sin medicina, sin nada. Desde estar moribundo y con
fiebre, hasta ponerse de pie y volver a caminar. Y dije, no mames,
¿Ya estamos viendo Deadpool? o qué pedo, ¿De donde sacó su poder
curativo ese cabrón?, Va y de aquí lo demás se volvió una
película bien pinche larga, eterna. De ver cómo el guéy se
arrastraba y no pasaba nada, y ocasionalmente veíamos escenas de
supervivencia tomadas de otras películas, como cuando ese cabrón se
ponía pólvora en una herida y la explotaba como en Rambo III, o
cuando se duerme adentro de las entrañas de un caballo como Luke y
Han Solo en Star wars El imperio contrataca, y todas las maniobras
del chavo ese del Discovery Channel que sobrevive en la naturaleza
tomándose sus miados. Y cosas ya bien jaladas como que el
protagonista sobreviva a caer de unas cascadas o de un precipicio, y
más que resentirse de las heridas del oso, hasta parece que camina
mejor.
Total que el meollo de la
supervivencia, será sustituida por la venganza de que mataron al
hijo de Di Caprio. Cuando se enteran de que está vivo sale una
caballería de unos treinta hombres a buscarlo en las inmediaciones
del campamento. Pero la parte mas mamona es cuando salen a buscar al
traidor, sólo va Di Caprio y otro guey, como si el guionista dijera
: “¿Y ahora como creo un conflicto?, ah ya se, que vayas dos
contra uno, porque si mandamos a la caballería no va a tener
emoción” Y pendejamente pasa los mas obvio y predecible, que el
malo mata al otro, y se queda Di Caprio sólo contra su rival. Le
tiende una trampa bien predecible usando el cuerpo del aliado. La
pelea es a muerte, pero el Di Caprio aguanta una puñalada en la
pierna, la mano y todo, a pesar se sus múltiples heridas que se ha
hecho en el camino, al final le parte en su madre cual película de
los hermanos Almada. Y para cerrar se hace un final abierto donde no
sabes si Di Caprio sobrevivió o murió, aunque para ese entonces ya
te vale verga lo que haya sido, lo que quieres ir al baño a vomitar
y lloras por haber perdido casi tres horas de tu vida viendo esa
mamada.
¿Lo mejor de la película?, la pinche
Coca Zero que me tomé al principio, por lo demás es una porquería.
No vale la pena, no la vean, no se van a divertir, no van a
reflexionar nada sobre la relación de hombres blancos y pieles rojas,
para eso mejor vean Pocahontas, no se van a conmover, no van ver una
buena actuación, o véanla bajo su propio riesgo. Si gana Óscares o
no, yo ya me sentí robado y si te los ganas Iñarritu, vete a lavar
las nalgas.
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