domingo, 21 de febrero de 2016

“The Gray Shadow”


Por. Alberto Alejandro Meza.

Pues ya es viernes y es turno del duro pero apasionante deporte de las máscaras y las cabelleras. Los saludo con el gusto de siempre, escribiendo y proporcionando datos acerca de la lucha libre mexicana. Las últimas columnas les he platicado cómo y porque se les da un valor tan grande y simbólico a las máscaras y cabelleras en la lucha en México.

Les platicaba que la máscara no surge en nuestro país y de que manera la vamos adoptando hasta volverla un elemento propio y fundamental para el desarrollo y la evolución del deporte del costalazo. Recordemos cómo es que los luchadores nacionales comienzan a enmascararse en la década de los 30`s, sin imaginarse el éxito, el misticismo, el misterio, el simbolismo y el poderío que portaban en esa prenda que cubría sus rostros.

Por aquellos días, tal vez nadie imaginaba lo que la máscara representaría con el paso de los años, tal vez los luchadores de antaño se ponían una “tapa”, por moda o porque algún cuate suyo les decía: “Usa máscara wey, estás bien feo y se siente chingón que nadie sepa quién eres”. En realidad no se sabe con certeza el porque proliferaron los enmascarados, pero, lo que si sabemos es que con el correr de los años la máscara se convirtió en un símbolo demasiado valioso, tan preciado, que en nuestro país surgen las luchas de “Máscara contra Máscara” y cómo es sabido el que resulta ser el perdedor de ese encuentro se despoja de su preciada prenda para dar a conocer su horrible rostro. No está de más decir que efectivamente si hay algunos cabrones que asustan al pinche miedo y no deberían perder la máscara jamás.


También les comentaba que bueno, se pierde la máscara ¿Y que sigue ahora? ¿Qué se apuesta en una lucha si ya no hay “tapa”? ¿La quincena? ¿Los tacos? ¿La esposa? ¿El celular? Que hueva ver una lucha de apuestas con lo anterior ¿no?
Es por ello que cuando ya no existe una máscara de por medio, queda el pelo, mejor conocido cómo La Cabellera en el lenguaje luchìstico. Es entonces cuando también se le da a la pinche greña un valor simbólico, tan grande cómo el de la máscara pero diferente a la vez. Ya que si se pierde la incógnita, si tiene que mostrar la cara, pero cuando se pierde el pelo, se tiene que sufrir la gran humillación de ser rapado en público.

Es así cómo máscara y cabellera se convierten en un par de elementos indispensables en la lucha libre mexicana y hay que recordar que para ser un figura reconocida no sólo hay que ser un buen luchador, con un excelente entrenamiento, manejo de cuerdas, conocedor del llaveo y contrallevo. No basta con ponerse un sobrenombre y una máscara o dejarse crecer el cabello y portar una melena al estilo de “El Rey León”.
Es necesario convertirse en otro ente, tomar un nombre de batalla que de paso a la aparición de un personaje en los encordados y a la existencia de dos personalidades que conviven en un solo ser humano, las cuales son mediadas por la máscara o la cabellera y el equipo (se denomina equipo al juego de botas, mallas, máscara, butargas y otros accesorios que el luchador usa para representar a su personaje).


Pues bien, después de éste pequeño resumen de máscaras y cabelleras, los invito a viajar al pasado nuevamente para hacer un recuento de las figuras enmascaradas de décadas pasadas.
En ésta ocasión les platicaré acerca de “The Gray Shadow”
Originalmente, éste luchador se presentaba sin máscara cómo muchos otros, se trataba de un peso completo ubicado en la década de los 40`s; su nombre era Daniel Aldana y luchaba en la Arena Coliseo con el pseudónimo de Mike Donelli.

Se cuenta que en febrero del año 1944 la Arena Coliseo lucía un espectacular lleno para ver a las figuras de aquellos días. En uno de los encuentros preliminares, Mike Donelli había luchado en contra de un wey llamado Steve Morgan.
Donelli, cansado, jadeante y sudoroso, se disponía a tomar una buena ducha, cuando notó que había mucha actividad en pasillos, colegas iban y venía y se podía ver que algo que no tenía nada que ver con lo que pasaba arriba del ring sucedía.

Cuenta la leyenda que el mismísimo Salvador Lutteroth rondaba los pasillos con cierta preocupación, a lo que Aldana (Donelli) le preguntó al jefe que pasaba, la respuesta de Don Salvador es que esa noche estaba planeado debutar a un nuevo enmascarado de nombre “The Gray Shadow”, pero el muy huevòn no había llegado aún a la arena.
Entones Aldana le propone a Lutteroth ponerse la máscara y subirse a luchar para no dejar al público con las ganas de ver al nuevo luchador enmascarado, Lutteroth lo dudó un poco ya que Aldana apenas había luchado unos minutos antes.

Pero cómo no había otra opción y el varo es el varo, el patrón acepto la propuesta de Aldana, le dieron la máscara y el atuendo del luchador ausente y gracias a ello nadie del público notó que el debutante “The Gray Shadow” y Mike Donelli eran la misma persona.
Es así cómo en una lucha recia y sin tregua, “The Gray Shadow” derrotó en tres caídas al “Lobo Negro”.
Aldana hizo un espléndido trabajo, no sólo en el plano luchìstico, ya que al ponerse la máscara y el equipo de otro luchador, se transformó en un ser distinto, rudísimo, sarcástico, marrullero y burlón, se ganó de inmediato el repudio y a la vez la admiración y el reconocimiento del público, y lo más importante, no defraudó la confianza de don Salvador Lutteroth.

Daniel Aldana, que usaba el mote de Mike Donelli no era ningún novato, ya llevaba algunos años dentro del “deporte del costalazo”, por lo general luchaba en las arenas pertenecientes al entonces circuito de la llamada “Empresa Mexicana de Lucha Libre”, pero siempre en las luchas preliminares, mejor conocidas cómo “las primeras” o “las luchas para calentar la lona”.

De manera fortuita le llega esa gran oportunidad de portar una máscara y un nombre de batalla nuevo para él, y cómo en aquellos días no había tanto pedo con aquello de los derechos de autor, Aldana se queda con la máscara, el equipo y el nombre del personaje.
Pero ¿Qué pasó con el verdadero “The Gray Shadow”? Aquél luchador que iba a debutar con ese nombre y que nunca llegó a la Coliseo.
Pues la neta nadie lo sabe, no se sabe quien chingados era, porque no llegó y porque nunca reclamó el nombre y la máscara. Ni modo, por no llegar le dieron baje con su “tapa” y se chingò por irresponsable.

Poco a poco el rostro y el nombre de Mike Donelli se fue olvidando entre los aficionados y “The Gray Shadow” iba adquiriendo popularidad gracias a su desenvolvimiento, a sus rudezas y por supuesto gracias a su excelente quehacer luchìstico.
Pronto Aldana, enmascarado, se encumbra y tiene la oportunidad de participar en las luchas estelares y enfrentarse a grandes figuras de la época, cómo Carlos “El Tarzán López” y Firpo Segura, a quienes les diò excelentes batallas.

Surgió pronto una gran rivalidad con Firpo Segura (que en década de los 30`s se desempeñó cómo boxeador, pero ahora le hacía a las llaves y los costalazos).
En una lucha de parejas, “The Gray Shadow” y Héctor “El Diablo” López, (otro rudazo bien culero) derrotaron y humillaron a “Dientes Hernández” y al ya Mencionado “Firpo Segura”.
Además de la derrota y la humillación, Hernández y Segura tuvieron que soportar los desplantes y las burlas de “Shadow”, situación que calentó más a Firpo, aumentando el odio y la rivalidad entre ambos.

Se tiene el dato que el 23 de abril de 1944 se diò el esperado mano a mano entre “Shadow” y Firpo, lucha recia, sucia, patadas, golpes bajos, etc. Donde las marrullerías y tonelaje de “Shadow” (Pesaba unos 100 kilitos nomás el cabrón) terminaron por imponerse al ídolo Firpo Segura.
Tiempo después se volvieron a encontrar sobre un ring, pero en ésta ocasión las cosas no serían favorables para “Shadow”; Firpo, recordando sus buenos tiempos de boxeador impactó de manera brutal su poderosa derecha en la quijada de su odiado rival, mandándolo a la lona y noqueándolo de inmediato. Por supuesto que fue descalificado y perdió la lucha, pero a Firpo no le importó, lo que él quería era dejar humillado a “Shadow”.

Cuando “The Gray Shadow” despertó y recordó lo que pasó creyó que ya era tiempo de terminar de una vez por todas con esa rivalidad, ese knock out, era lo más humillante y vergonzoso que le había sucedido en su carrera cómo luchador. Quería exponer su máscara y dejar pelón a Firpo Segura.
Lutteroth no estaba muy de acuerdo con una lucha máscara contra cabellera, creía que era demasiado pronto para finiquitar esa rivalidad, la bronca era que en donde quiera que se topaban “Shadow” y Firpo, ya sea arriba del encordado, en las oficinas y hasta en la calle se armaban los madrazos.
Fue el 8 de febrero de 1946 en otro salvaje uno a uno Firpo vence a “Shadow”, lo cuál hace encabronar aún más al segundo y lanza una vez más el reto de una lucha “Máscara contra Cabellera”.

El reto es aceptado y firmado y se lleva a cabo ésta esperada lucha el 22 de febrero de 1946 en la Majestuosa Arena Mèxico. Se cuenta que el réferi tomó partido y no dejó a “The Gray Shadow” utilizar toda su acostumbrada rudeza y al contrario, permitió a Firpo hacer gala de su repertorio boxístico para ponerle en su madre a “Shadow”.
Firpo Segura ganó el encuentro y por ende la máscara de su odiado rival.

Cómo ya era costumbre en éste tipo de combates, el ring de la Arena México se lleno de inmediato de un chingo de gente para conocer el rostro y el nombre del rudazo de los 100 kilos.
Ya menos apendejado por tanto madrazo, “The Gray Shadow” se despojaba de la incógnita, mostraba su cara y se descubrió que se trataba de un viejo conocido.
Daniel Aldana es mi nombre”, dijo “Antes luché con el nombre de Mike Donelli”, terminó.
Después de perder esa valiosa “tapa” que lo encumbró, Aldana siguió luchando, pero poco a poco fue perdiendo popularidad hasta desaparecer de los encordados.

Bien “Finisterrìcolas”, ésta es la historia de “The Gray Shadow”, uno de los grandes rudos enmascarados de la década de los 40`s y figura de la lucha libre mexicana. Que de manera fortuita obtiene una máscara y un nombre que lo convierten en un ídolo y que al perderla se desvanece de la escena luchìstica, pero su nombre y sus hazañas serán recordadas por haber sido un gran gladiador.

Espero hayan disfrutado la presente reseña y nos leemos la siguiente semana con más datos, nombres y máscaras del rudo deporte de las llaves y los lances espectaculares.

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